De nuevo en la escuela^^

Paseaba intranquila por los pasillos, pues aún no había podido encontrar a Alan. El pequeño elfo, de pronto, se me antojaba huidizo. Vislumbré, en cuanto aparté mi vista del suelo, a Lippa charlando alegrmente con... olisqueé un poco el ambiente... otra vampira. Suspiré exausta. Cuántas beces me harían suspirar de aquella manera los acontecimientos? Pronto descubriría que cuánto podría echar de menos este tipo de pequeños baches en el camino.
Estaba dispuesta a irme cuando Alan pasó fugazmente delante de mis ojos. Comenzó a hablar con las chicas, y la preocupación inundó el rostro de Lippa. Me acerqué a ellos para ver lo que sucedía, y hablar con el elfo que tanto tiempo llevaba buscando. Alan supo que yo estaba tras él... se volvió y me mostró su desconocido rostro. Me vi reflejada en sus vidriosos ojos. Dos abismos en los que me vi caer hacia una oscuridad incierta. Lo que vi en sus ojos no lo puedo expresar con palabras. Vi la blanca rosa de apariencia delicada oscurecer. Observé cómo sucumbía su alma a la espesa oscuridad. En sus ojos, un paisaje desolador se abría ante mi, mostrándome un horizonte donde yo no cabía. Y donde estaban todo lo demás.
Un furioso sonido gutural me rescató de mi penosa ensoñación. Vi al elfo marcharse. Lo que sus ojos me habían mostrado era una especie de aviso.
Algo arremetería contra mi muy pronto.

- ¿Pero qué le has hecho?- me acusó una voz familiar, que no pude concretar.
Mi mente colapsada no atendía a nada. No podía explicar lo que acababa de presenciar.